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La junta amañada. Los personajes de la Junta Rectora. Cap. XII. «Mamá soy Presidente»

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La junta amañada. Los personajes de la Junta Rectora. Cap. XII. "Mamá soy Presidente"

No solo les bastó con hacerme llegar ese burofax lleno de erratas legales pretendiendo asentar cátedra y que tragásemos con ruedas de molino.

El Bigotes y el Sr. Presidente además, tuvieron a bien enviar la enésima “nota informativa vecinal” a los 2.044 vecinos de la urbanización en Guadalajara.

Seguían como Don Erre que Erre machacando a los vecinos con infamias y calumnias.

No había pudor. En esta batalla campal todo valía y debieron pensar que ganase el mejor (o el más audaz).

Con este último comunicado hacían honor al refrán “botas y gabán, encubren mucho mal”. Simplemente eran almas perversas:

“Una vez más consideramos que debemos de ponernos en contacto con ustedes para informarles de que se sigue tratando de crear desconcierto entre los vecinos, por parte de un grupo de vecinos organizados. Como siempre por la misma gente, que año tras año, tratan de hacerse con la comunidad con artimañas”

“Han estado…recorriendo la urbanización puerta a puerta, pidiendo el apoyo de los vecinos, mintiendo y publicando infamias, como hemos podido constatar, por lo que hemos procedido a presentar las correspondientes denuncias(ello iba por el famoso asunto de la Guardia Civil tocando a mi puerta que expliqué en capítulos anteriores. Dicho lo cual, así contado, parecía que me habían cosido a denuncias. UNA denuncia, que encima no llegó ni a trámite por no contar con fundamento y ser incierta. Pero sonaba mejor en plural ¿verdad?)

Y prosiguieron con sus giros dialécticos:

“Conocemos perfectamente los derechos de los morosos y lo que dice la ley de ellos. Lo que decimos es que también sabemos que se les está utilizando para tratar de hacerse con la comunidad” (No. Dijeron que el moroso no tenía derecho a solicitar una Junta General al presidente. Pero tergiversar es fácil cuando uno no sigue la cronología de los hechos)

“Respecto de los despidos (de tres conserjes, que ya indiqué eran improcedentes mediante sentencia judicial) todos estaban justificados para eliminar malos hábitos adquiridos por estos trabajadores sobre los que los vecinos se quejaban y obvia decir que los juzgados de lo social protegen a los trabajadores, razones por las que se recomendó llegar a acuerdos y evitar sentencias condenatorias, pero siempre dentro de los límites legales de la indemnización que le correspondía a cada trabajador…” ¡hay que tener cara para tanta desfachatez! Los malos hábitos, los que tenían ellos con las mordidas y las indemnizaciones extrajudiciales dentro de los límites legales, estaría bien que encima no les abonaran lo que un juez dictaminaba por despido improcedente mediante sentencia. Así que, de acuerdos extrajudiciales, ¡nada!

“…no hay que hacerse, como pretenden, con la comunidad. O es que ¿También hay intereses políticos, ya que vienen las elecciones municipales?” (cada vez que lo leo, me entra la risa floja. ¿Por qué desvirtuaban sus mensajes siempre con intercalar la palabra “política”? Sres. Si los números no cuadraban, no cuadraban. ¿Qué pintaba la política en todo esto?, ¿y el calificativo de guerrilla que pretendía conquistar una comunidad? Que absurdo y ridículo resultaban estas palabras)

Solo había una frase con la que todos coincidíamos: dada la gravedad de los acontecimientos, le pedimos que acuda a la próxima junta, convocada legalmente desde esta comunidad y que, de no poder hacerlo, delegue su voto en una persona de su confianza”

Y, en materia de delegación del voto, hubo otros vecinos del Equipo Vecinal que empezaron a reclamar mediante escritos a la Junta Rectora ciertas afirmaciones que nunca se llegaron a contrastar y, que El Bigotes había hecho ley.

Es el caso de nuestro vecino G., quien el 8 de noviembre del 2018 le vuelve a enviar una misiva solicitando respuesta a su solicitud cursada el 26 de octubre de ese año, al cual no habían respondido, en relación a una “copia donde figure la aprobación en junta ordinaria del requerimiento de adjuntar el DNI del propietario para la delegación del voto en cualquier reunión de vecinos.” Debiendo “entender que, si en el plazo de una semana no recibo respuesta a esta nota, debe de entender que no existe decisión ni aprobación en junta de vecinos sobre este particular y que, la Junta Rectora, por lo tanto, en ningún momento puede exigir otros requisitos distintos a los que establece la ley.”

La respuesta del Sr.Presidente no tardó en llegar mediante burofax (ya llevaríamos tropecientos mil euros gastados en este menester. Nunca entendimos por qué no enviaban su respuesta a través de nuestro servicio de conserjería. Con una simple copia de la misma con acuse de recibo firmado por el propietario también hubiera bastado y sin costar un euro. Y que conste que se les indicó)

“Le avanzamos que esta Junta Rectora se limitó a mantener el mismo sistema de delegación de votos que existía en la comunidad antes de acceder a la presidencia”

“…tenemos que revisar los archivos de la comunidad para poder atender su petición que, unida a la del resto de los vecinos, precisan un orden de prioridad” (¿Les suena? Ya era una respuesta automática y generalizada)

“… en este momento no podemos darle el dato exacto que solicita…”

¡Más claro, agua! NO existía dicho acuerdo refrendado en ninguna junta.

Nuestro vecino J.M. también hizo su peculiar aportación, solicitando con fecha 27 de noviembre de 2018 una relación con los 136 propietarios que el Sr. Presidente indicaba con vehemencia, habían solicitado una Junta General Extraordinaria y no figuraban en la base de datos. Así como los 92 vecinos propietarios que indicaban como morosos sin derechos ninguno. Recordándole que no era competencia de aquellos vecinos que presentaron su solicitud el demostrar que sus datos de filiación, numero de Documento Nacional de Identidad y firma son correctos, si no la de la Administración, demostrar a los vecinos dónde estaba la irregularidad y, como consecuencia, dar su solicitud por invalidada.

La respuesta llegó mediante un escrito con fecha 14 de diciembre de 2018, indicando que era obligación de la Comisión Rectora velar por el cumplimiento de las leyes.

Resultaba algo chirriante y antagónico, ¿Verdad?

Le remitieron a los artículos 9 (www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1960-10906) y 15 (https://adminfergal.es/la-representacion-en-una-junta-de-propietarios/) de la Ley de Propiedad Horizontal, reguladores de las obligaciones de los propietarios en los aspectos que, a su juicio, les reprochaba a la Comisión Rectora sin razón alguna.

Conclusión: por contestarle algo. Pero nunca entregaron lo que se les solicitó.

Y, para colmo, quien suscribe, envió la estocada final con otra misiva el 5 de diciembre de 2018 indicándole al Sr. Presidente que tenía “el gusto de aceptar su oferta en materia de diálogo, creyendo que, en el pasado pudo malinterpretar mis palabras, o quizás mi mensaje no fue lo suficientemente sencillo para su debida comprensión: posponer una reunión no significaba declinarla

Que “dado que ambos éramos personas muy ocupadas y trabajando un sinfín de horas por la comunidad, agradecería nos fuera preparando las oportunas aclaraciones y justificación de ciertos puntos en materia contable, antes de la celebración de la próxima junta prevista para enero de 2019”

Que, además podría llegar a aceptar el hecho de que “todo tenía su correspondiente explicación y era absolutamente transparente” (como no hacía más que enunciar públicamente), pero lo cierto y verdad es que había pasado un año y no había dado debida cuenta de ello.

Le indiqué los descuadres exactos encontrados entre los cierres y aperturas contables (no deberían de existir pues, si tengo 10€ al cierre del año, el día 1 de enero del año siguiente empiezo el año con 10€) y le sugerí que, aun no teniendo que saber de planes ni principios contables (que para eso teníamos a un supuesto administrador de fincas), debería de revisar que las cuentas, al menos sumasen, antes de estampar su firma en ellas y darlas por buenas, pues ello conllevaba una responsabilidad, más allá que la mera desavenencia con sus vecinos.

Esos días estuvo muy ocupado contestando a todas las cuestiones técnicas y legales que solicitábamos y, el hecho de que “una mujer sin conocimientos contables” (como me calificó. Supongo que pensó que los cinco años de carrera en materia económica me los sacaría a base de talonario) le pusiera contra las cuerdas, dejando entrever su perversa gestión ante el ojo público, sin poder hacer y deshacer sin dar explicaciones, no debía de resultar de su agrado.

Lo que nunca llegué a poder aclarar es si le molestaba más mi condición por el hecho de ser mujer o como economista. En cualquier caso, ambas eran reprochables y manifestaba su egolatría y un ser misógino.

Su respuesta mediante un nuevo burofax, denotaba que estaba fuera de control y la había minado la moral:

“Como imagino que sabrá, no es Ud. la única, de los 2.044 vecinos, que manda escritos que quieren que se les conteste. Yo no dejo de contestar a ninguno. Pero no me gusta que me hagan perder el tiempo intencionadamente”

“Entiende por qué siempre le contesto por burofax, para poder demostrar ante quien lo precise, que no es cierto que no le queremos enseñar las cuentas”

Lamento comunicarla que yo también trabajo los fines de semana. Así que no se como pretende Ud. atender a una comunidad sin poder si quiera adaptar sus horarios para poder estar en ella en el horario que lo necesita” (yo no era la presidenta de esta comunidad. Él sí. Más bien, sería el Sr. Presidente quien tuviese que estar a disposición de los vecinos y, si también trabajaba fines de semana ¿por qué me reprochaba que yo trabajase solo entre semana?)

“Comprendo como dice que está absolutamente desconcertada ya que tiene usted un desconocimiento total y absoluto de cómo funciona esta comunidad y sigue haciendo afirmaciones que no son ciertas, como siempre, en aras de publicar en internet sus supuestas anomalías” (creo que una publicación mía de una viñeta de Mafalda diciendo “No tengo que obedecer a nadie, mamá ¡soy un presidente!”, quizás pudo sentirse aludido y no tomárselo con la sorna desinhibida, pero ajustada a la realidad de la situación, que nos lo tomamos el resto de vecinos)

“Espero que se empiece a aclarar pronto y con sus estados de ánimo no desconcierte más a los vecinos, sobre todo a los que han venido nuevos y no conocen los antecedentes de esta comunidad” (curioso, cuando yo por aquel entonces llevaba siendo propietaria no más de tres años)

Y llegó la tan esperada Junta General Ordinaria y Extraordinaria del 27 de enero del 2019 en la urbanización de «Guadalajara«. Que no tuvo parangón.

Continuará…

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