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La junta amañada. Los personajes de la Junta Rectora. Capítulo VII

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La junta amañada. Los personajes de la Junta Rectora. Capítulo VII

Las disparatadas y divertidas respuestas del Presidente de una Comunidad en Guadalajara

  • De momento y, para empezar, deberás solicitar al presidente mediante un escrito formal que te explique todas aquellas irregularidades que has encontrado en las cuentas- me aconsejó Miguel, el administrador de fincas colegiado que nos estaba asesorando en todos aquellos temas legales relacionados con la ley de propiedad horizontal, que le solicitábamos.

El Bigotes me selló el registro de entrada de la misiva que presenté en la oficina comunitaria con una mueca sonriente y con aires de superlatividad aplastante.

En ese momento lo supe. Era evidente que, si bien quizás y con suerte conseguiría una respuesta a mi escrito, pero no tanto asumiendo la evidencia de la cadena de errores numéricos que habían cometido, ni mucho menos, asumir que enmendarían la plana.

Las respuestas del presidente, cuando las hubo, eran absolutamente pueriles o, al menos, consideré que no estaban a la altura de las circunstancias. Lleno de falacias, frases y palabras tergiversadas al interés de alguien que solo pretendía mantener su modus vivendi a toda costa. Sin importar si su replica se ajustaba a derecho.

Por tanto, y como ya empezaba a ser costumbre, sabía que esa respuesta solo podía haber sido confeccionado por alguien bastante más retorcido de mente y con mucho que perder: El Bigotes.

En aquella misiva solicité que matizasen y/o aclarasen las siguientes irregularidades que había encontrado en la contabilidad: por favor, que corrigieran una errata de cerca de 2.500 euros de diferencia que encontré en la partida de gastos de personal. Fruto de un error sumatorio. Ello conllevaba a tener que rectificar el saldo final del 2015, por cerca de 2.600€.

Ya en el balance de ese año encontré una diferencia de más de 13.000€ sin justificar, pérdidas por créditos incobrables por importe de unos 6.000€ no aparecían reflejados por ningún lado, los gastos del 2016 arrojaban una diferencia de casi 5.500€, los saldos iniciales de este año tampoco cuadraban por mas de 2.800€, diferencias en el patrimonio neto, conceptos como remuneraciones pendientes de pago estaban erróneamente prorrateadas. Todo ello generaba en el pasivo del 2016 unas diferencias de cerca de 30.000€ (es decir, activo y pasivo no cuadraban y siempre han de cuadrar al céntimo)

Aquella famosa partida de enseres que El Bigotes orquestó entre amigos para amigos se enajenó por un irrisorio importe de 21.000€ y tampoco aparecía en las cuentas como Beneficios por inmovilizado material.

Ya en la relación de gastos del 2017 encontré una diferencia de 91.000€ que había de más, fruto de un cúmulo de errores sumatorios (no se si consciente o inconscientemente).

Todo ello, y siempre en función de las cifras contables que nos habían provisto, el saldo contable del cierre del año 2017 debería haber sido entorno a los 390.000€ y no 841.379,35€ como se llegó a apuntar en el resumen.

Así mismo, solicité que me aclarasen el concepto de Liquidación de Personal por valor de 52.206,62€ que había ido apareciendo a cuentagotas a lo largo de los tres últimos ejercicios, sin realmente saber por qué.

También que me indicaran si efectivamente el servicio de conserjería estaba recogiendo delegaciones a favor del presidente entre los vecinos, tal y como me había manifestado alguno a título particular.

Por último y para rematar una misiva completa de datos e información, quise que me explicaran por qué nuestro administrador, además de no haber sido elegido sino impuesto en la Junta de propietarios, no estaba debidamente colegiado (ya he comentado con anterioridad que, dado el volumen monetario que se manejaba en esta comunidad, debíamos tener a alguien con conocimientos, con peso, profesionalidad y que le respaldara un Colegio en materia de responsabilidad civil y caución).

Si bien es verdad que El Administrador de la finca, estaba en posesión de un número de colegiado de AEGAI, no lo estaba del CAF de Madrid, aal cual deben suscribirse los administradores de fincas colegiados de Guadalajara, Comunidad donde ejercía su profesión. El AEGAI es la Asociación Española de Gestores y Administradores Inmobiliarios, un ente de carácter totalmente privado y compuesto de socios que pueden formar parte de la misma a cambio del pago de una cuota. En cambio, el propio Colegio de Administradores de Fincas de cualquier provincia, antes de cualquier pago de cuota (como todo colegio profesional) solicita previamente la acreditación de algún título profesional que permita ejercer como Administrador por tener la cualificación técnica e intelectual necesaria para el desarrollo de dicha profesión (diplomaturas, licenciaturas relacionadas entre otras con las finanzas, administración, empresariales, económicas, derecho, etc). De esta manera el Colegio quiere evitar cualquier tipo de intrusismo en esta maltrecha profesión que, debido a unos cuantos aventureros poco cualificados, salpica y cuestiona en multitud de ocasiones, al resto de grandes profesionales de este sector.

No obtuve respuesta alguna a esta carta. Dejé pasar un tiempo prudencial, siempre interesante y aconsejable para afianzar cualquier atisbo de duda o mala interpretación de acciones futuras.

Pasado este tiempo, el Equipo Vecinal decidimos hacer pública todos estos datos para ver, si de este modo conseguíamos algún tipo de reacción por parte de una Junta de Gobierno que seguía al barbecho.

Nos repartimos los casi dos millones de metros cuadrados en 17 distritos y nos pusimos a buzonear de la manera más ordenada posible a lo largo de un fin de semana.

¡Y vaya si hubo reacción!

A finales de marzo del 2018, la Comisión Rectora emitió una nota que, aún indicando en la cabecera que era una “nota informativa”, estaba lejos de serlo con grandes frases como “…un grupo de vecinos liderado por Titánide Temis, que junta tras junta, trata de cuestionar la gestión de la comunidad de propietarios con el único propósito de gobernarla, para imponer su minoritario criterio”

U otra, todavía mejor y absolutamente descriptiva del mensaje equívoco que querían transmitir: Obviamente, entre ellos se encuentra la aprobación de las cuentas anuales, conforme fueron enviadas con la convocatoria de la precitada Junta General, circunstancia que en sí misma evidencia la <<trasparencia>> de la gestión y su sometimiento al máximo órgano de la Comunidad, para su aprobación por la mayoría de los votos delegados”

Ese error caligráfico le costó la asignación de los sucesivos burofaxes y comunicaciones a El Bigotes, pues era un error típicamente suyo. Como una marca de agua.

Proseguían las falacias o medias verdades: “Todas las partidas de gastos fueron explicadas y están justificadas con las respectivas resoluciones judiciales, liquidando a los trabajadores conforme a los derechos adquiridos en función de su antigüedad y salario, sin más coste que el propio de la indemnización…justificando lo arbitrario, caprichoso e interesado de sus manifestaciones…”

¡Aleluya! La primera vez que asumían que hubo indemnizaciones. Acuérdese, querido lector, que hace tres capítulos les indicamos que el presidente no reconoció en junta despido, ni mucho menos, coste alguno por los mismos.

Por tanto, una vez más, estaba en lo cierto. Hubo un coste total en materia de indemnizaciones al personal despedido que supuso a las arcas comunitarias, la nada desdeñable cantidad de 52.206,52 €.

Pero no conforme con todo esto, soltó otra de sus gracias sin sentido: “Es rotundamente falso que se hayan vendido activos inmobiliarios que nunca han existido…. Otra vez se pretende generar confusión con la venta de maquinaria y enseres”

-Sr. Presidente (o Bigotes), obviamente nunca se ha podido vender un activo que no ha existido. Hasta ahí, llegamos todos-

Por último y como colofón final a una majestuosa réplica a mi misiva nos indican “en definitiva, esta Comisión Rectora siempre ha cumplido con la ley y asiste a las Juntas Generales representando a un número importante de vecinos que consideran que se está haciendo una gestión honesta y eficaz, que ahora pretende ser atacada por una minoría que con mentiras buscan enturbiar la pacífica relación vecinal….mentiras sistemáticas, graves acusaciones e interesadas manifestaciones que pretenden desprestigiar la gestión.”

¡Hala!, ¡cuántas flores para unos pocos capullos! Era obvio que representaban a un gran número de vecinos. Si todas las delegaciones de voto las traía el Sr. Presidente bajo el brazo.

Lo de la gestión “honesta y eficaz”…¡vamos a dejarlo!

Continuará….

Titánide Temis

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